WENCESLAO FERNÁNDEZ FLÓREZ.

TÍTULO:




WENCESLAO FERNÁNDEZ FLÓREZ.



Un escritor de pensamiento liberal



NOMBRE DEL AUTOR: José Ricardo Díaz Pardeiro. (Catedrático de Historia en el IES Eusebio Da Guarda, de la ciudad de A Coruña)



CORREO ELECTRÓNICO:pardeiro@hotmail.com



UN SUBTÍTULO: ENSAYO



AÑO DE CREACIÓN DE LA OBRA: 2001.





No se puede comprender la situación de W.F.F. durante la Dictadura de Primo de Rivera, época en la que se engendró su novela el “Malvado Carabel”, sin hacer una referencia a la intelectualidad española de aquel momento y su posición ante un régimen político de carácter dictatorial que sitúa sus orígenes en el desastre de Marruecos y en la vuelta del ejército a la política.

Había entre los intelectuales unas claras diferencias ideológicas, sin embargo una coincidencia sí era palpable: el rechazo a la política de la Restauración y de quienes la protagonizaban. Probablemente la mayor parte de ellos apoyaron la Dictadura de Primo de Rivera con mayor o menor entusiasmo, como hizo el resto de los españoles, sin embargo las diferencias en los posicionamientos serían evidentes ya que, mientras unos la apoyaron con entusiasmo, otros creían que el dictador haría uso de sus consejos y acabaría con la política anterior; sin embargo, hubo también quienes sólo han visto en la dictadura opresión, repudio a la inteligencia, clericalismo, intromisión de los militares y el Rey en la política española.





W.F.F. vio con alegría y esperanza la llegada al poder de Primo de Rivera, pero rápidamente se decepcionó. A través de sus artículos publicados en ABC había contribuido al deterioro de la imagen política de la Restauración y sus juicios fueron especialmente crueles con los destinatarios de los mismos. Los políticos del viejo régimen podían tener virtudes, pero no eran las exigibles en un gobernante. Nadie quería,”ni de balde”, a sus políticos del pasado por mucho que ahora procuraran ofrecer un aspecto más presentable. Incluso gestos como el de renunciar a las dietas que les correspondían, fueron consideradas por W.F.F. como ausentes de cualquier tipo hacia aquellos que hablaban un lenguaje esotérico sólo para iniciados, cobijándose en amplios locales lujosos con mucho mármol en el suelo y rejas protegiendo los caudales propios y ajenos de respetabilidad. No podían faltar en sus artículos alusiones, referencias al mundo rural gallego en el que había presenciado ejemplos espeluznantes de ejercicio del caciquismo, por lo que se refirió de forma despectiva al sufragio universal en alguna ocasión, aunque para él el juicio negativo que tenía derivaba de la experiencia gallega, es decir, una experiencia de fraude sistemático.

Sin embargo, pronto empezó a manifestar las insuficiencias y los errores de la Dictadura de Primo de Rivera. Probablemente fue uno de los pocos intelectuales que en las primeras semanas del régimen prestó atención a las medidas políticas que pretendían ser regeneradoras del caciquismo ,pero como él era conocedor como pocos de la realidad caciquil y de la levedad de las medidas que estaba tomando el Directorio Militar, era también capaz de criticarlas por su falta de efectividad. También tenía otros motivos de discrepancia respecto a la situación, ya que pensaba que un tono excesivamente tradicionalista predominaba en el seno de la política española. Cuando el rey Alfonso XIII pronunció ante el Papa, con ocasión de una visita a Roma, un discurso en el que aseguraba a su Santidad que todos los españoles formaríamos, si se nos requiriese para ello, en una nueva cruzada contra el infiel, W.F.F. tuvo una respuesta categórica: “Yo no. Yo no me alistaré en esa cruzada”.Se trataba de una crítica a la propia persona del rey que asombra fuera publicada en ABC y que nos ayuda a pensar en el calificativo de liberal al que nuestro escritor se hace acreedor.

La mejor prueba del creciente desvío de W.F.F. con respecto a la situación política la constituyó su SILENCIO. A lo largo de diciembre de 1923 tan sólo publicó un artículo y en 1924 el ritmo de sus colaboraciones en la prensa fue perdiendo asiduidad. Y lo que resulta más característico es que la ironía practicada en otro instante con respecto a la política constitucional, la empezó a ejercer ahora respecto de los militares en el poder. Es su antimilitarismo. Ironía, quizá producto de su carácter gallego, denunciador de errores y falsedades. No era sencillo practicar el humor en una situación dictatorial y a medida que fue pasando el tiempo también espació sus colaboraciones periodísticas. Cuando volvió a la palestra lo hizo en contra de la censura con la que ya es muy probable que hubiera tenido algún incidente. Además, su ironía tan excitante probablemente no fue entendida por aquellos entre los que lógicamente habría de esperar encontrar apoyo, los escritores. Y a alguno de los que le tacharon de derechista, les contestaba con argumentos que mostraban su carácter escéptico, pero contrario a un régimen autoritario:”No soy fanático de nada. Cuando estimé que un hombre de las derechas tenía razón, le aplaudí. Cuando me parecía que un hombre de las izquierdas estaba en lo cierto, no le escatimé elogios. En lo que se refiere al presente, bien sabe usted que el silencio me ha hecho liberal”.

Si como decía W.F.F. , el silencio era sinónimo de liberalismo, él dio prueba de este último en los años siguientes porque permaneció ausente de las páginas del ABC. Desde abril de 1926 hasta octubre de 1930 no publicó un solo artículo; en 1925 aparecieron siete que son los que hubiera escrito en condiciones normales en dos o tres semanas. Precisamente este año significa, en el régimen de la Dictadura, un giro importante, el primero que llevó a cabo el dictador en el transcurso de su permanencia en el poder. Como se sabe, Primo de Rivera llegó al poder con la promesa de que su régimen no había de resultar duradero y con la afirmación de que tenía como propósito la vuelta a un sistema liberal en el que hubieran desaparecido las corruptelas del régimen anterior. Sin embargo, a la altura de las primeras semanas de 1925 había desaparecido la posibilidad de un retorno inmediato a la legalidad constitucional y a finales del mismo año, después de dar comienzo a la resolución del problema de Marruecos, Primo de Rivera dio un primer paso hacia la consolidación de un régimen estable mediante la constitución del Directorio Civil. Este gobierno planteaba ya la consolidación del régimen dictatorial como fórmula política estable.

El año 1927 es central en la dictadura primorriverista ya que el régimen intenta elaborar una nueva Constitución y a su vez reviste una decisiva importancia desde el punto de vista de la evolución del mundo intelectual ya que desde las posiciones de compromiso, las escépticas o las de indiferencia, hubo quienes llegaron a la conclusión de que el liberalismo debía nutrirse de una sustancia nueva que no podía ser sino el Socialismo. Y en él bebería W.F.F. ya que, al caer la Dictadura, no sólo no oculta su satisfacción sino que también sorprende a propios y a extraños al enfrentarse a quienes lo acusan de conservador, haciendo profesión de su pensamiento y así poder desdecir a todos aquellos que le criticaban. Pero no es un socialismo marxista, es el de Fernando de los Ríos, el primer defensor de una concepción humanista del socialismo, resultado de una visión de la historia como un proceso de progresiva toma de conciencia y de reformas sucesivas. Los principios de la filosofía humanista tenían como enemigo fundamental a las instituciones capitalistas y además veía en el progreso de la conciencia moral humana una línea de avance destinada, en un determinado momento histórico, a conquistar la libertad y, en otro, a hacer desaparecer los vicios del capitalismo. Éste era rechazable por su condición antihumanista y no por las concepciones marxistas.

No es de extrañar, pues, que la repercusión de este socialismo humanista en el mundo simplemente liberal e incluso en el de un izquierdismo muy templado, fuese importante. Era una fórmula política mucho más accesible y en una situación de opresión de la libertad como la que vivía la España de la época, el hecho de que el socialismo pudiera aparecer como la culminación de las tesis liberales, hacia que este ideario impregnara el pensamiento de la mayor parte de los escritores liberales.













EL MALVADO CARABEL



NOVELA (1931) - ADAPTACIÓN CINEMATOGRÁFICA (1935)



La figura de WFF, su pensamiento, su ideología política, han estado sometidos y han sido juzgados de antemano dándosele un cariz conservador, radicalmente de derechas, sin concederle la mayoría de las veces algún atisbo de discrepancia ideológica con ese conservadurismo español. Sin embargo, no podemos quedarnos con esa idea de derechización de su pensamiento. Su ciclo vital ha ido acompañado de una evolución ideológica que se manifiesta al compás de los acontecimientos políticos de una España volcánica que a él le tocó vivir: la Restauración, la Dictadura de Primo de Rivera, la Segunda república y los momentos álgidos de la dictadura de Franco. Con una existencia en la vorágine política que representan estos cuatro momentos históricos, es muy difícil en un intelectual de su porte, mantenerse inquebrantable a cualquiera de las ideologías en las que se sustentan los diferentes regimenes políticos.

Su novela EL MALVADO CARABEL, engendrada durante su “largo silencio” en la Dictadura de Primo de Rivera, viene a confirmarnos y nos ayuda a comprender el talante liberal de W.F.F., su irónica denuncia de los vicios de una sociedad en la que priman los intereses y los valores de unos pocos. Sus protagonistas que han sido vistos desde siempre como sujetos pasivos, incapaces de cambiar nada, inmolados a la aceptación de su fatalidad, han constituido el caldo de cultivo de muchos críticos para hacer de W.F.F. no sólo un claro exponente de la ideología más conservadora, sino también de la aceptación mesiánica de un destino fatal, sin posibilidad de poder cambiarlo.

La novela social planteaba el análisis de una España en crisis de valores, a la que había que poner remedio, estableciéndose en este género literario una directa vinculación entre la dedicación intelectual y la acción política, una actitud de compromiso político: referencias a la agitación social de la España de la época, la inutilidad de la guerra colonial, la brutalidad de la guerra con referencia directa a la guerra de Marruecos o al desastre de Anual. Los obreros, los desasistidos de la fortuna, el hambre, la represión..., un sinfín de acontecimientos incrustados en el sufrimiento de nuestra sociedad.

Pero, al lado de la novela social propiamente dicha, hay otra expresión novelística que no es propiamente social, sino que constituye una derivación del subjetivismo a través de aventuras amorosas, crisis psíquicas o manifestaciones de desarraigo con respecto a la sociedad vigente y que también tienen una significación política en contra de los sistemas dictatoriales .Aquí estaría encuadrada EL MALVADO CARABEL , en la que bastaría con sustituir tan sólo los apellidos de los personajes para descubrir las referencias a la sociedad española.

El primero en dirigir una adaptación cinematográfica de la novela en el año 1935, fue Edgar Neville, estrenada en el cine Callao de Madrid el 9 de diciembre de ese mismo año .Este director, nacido el 28 de diciembre de 1889,tenía un humor incisivo e inteligente y tras el nombre heredado de su padre inglés, ocultaba un aguerrido casticismo madrileño.

En el primer capítulo de la novela como en la escena primera del guión cinematográfico, la acción se sitúa en uno de los despachos de las oficinas de la Casa de Banca: AZNAR Y BOFARULL, que tiene en primera línea un rótulo que quedará impreso en la retina del espectador: ”Nuestro lema es honradez y trabajo y trabajo honrado Aznar y Bofarull”. W.F.F. sentía recelo hacia las instituciones bancarias y hacia aquellos que hablaban un lenguaje esotérico sólo para iniciados, cobijándose en amplios locales lujosos con mucho mármol en el suelo y rejas protegiendo los caudales propios y ajenos.

La visceral antipatía que Fernández Florez tenía hacia el mundo bancario y su ataque más profundo, queda reflejado tanto en la novela “El malvado Carabel” como en el guión cinematográfico. Los banqueros son Aznar y Bofarull y al elegirlos, el novelista hace realidad la creencia generalizada que existía en la sociedad española de que un financiero sólo podía ser vasco o catalán. Ambos son la representación de lo más vil y deleznable a que puede llegar el capitalismo explotador. Tras una sonrisa afectuosa y un trato cordial, se esconde un hombre sin entrañas que no puede siquiera imaginar la posibilidad de subir el sueldo a nadie. W.F.F. ataca a una institución que acumula dinero mientras trata avaramente a sus trabajadores. Éstos no pueden pedir mejoras, es una falta grave de disciplina ya que en esta Banco nadie ha reclamado nunca aumento de sueldo y “...esto es uno de nuestros orgullos”. Acaso, si lo hiciesen, les tachaban de revolucionarios, huelguistas y desestabilizadores. Mucha es la suerte que tienen de poder recibir un trato familiar y paternal, evitando que los trabajadores de la banca puedan caer en una vida disoluta.

Cuando en los textos de la novela observamos, con la ironía y el humorismo propio del autor, las críticas despiadadas a la banca, la denuncia de que el enriquecimiento lo justifica todo, la falta de ética, el falso paternalismo, las nefastas condiciones de trabajo de los asalariados..., difícilmente se puede mantener el calificativo de “compactamente conservador” que se le atribuye a W.F.F. La finalidad moralizante y las denuncias de una sociedad injusta están claramente planteadas en el texto y vienen a reflejar lo que manifestaría más tarde en su discurso de entrada en la Real academia cuando dijo que al escribir esta novela su intención no fue hacer reir, todo lo contrario, denunciar ideas equivocadas con las que no comulgaba.

Cuando en el capítulo V de de la novela el vecino del tercero dice que no puede alimentar a las siete personas de su familia, Carabel responde, fuera de sí, de cómo se pueden soportar situaciones de este tipo y no se lanzan antes a la calle, enloquecidos de cólera, contra el mundo entero. Estas palabras encierran un pensamiento casi revolucionario, publicadas en el año 1931.año en el que las razones del proletariado estaban defendidas por los socialistas, comunistas, anarquistas y algún otro intelectual.

La mujer ,el amor, el matrimonio son constantes en la preocupación de los personajes de las novelas de W.F.F, y de forma particular en “El Malvado Carabel” así como en el guión cinematográfico. Su escepticismo sobre el matrimonio es evidente y además da las razones del por qué no hay que casarse, o dicho de otra manera, cuáles son los motivos que impulsan al hombre a engañar a su mujer, ya bien sea por ser demasiado ardorosa o demasiado fría; excesivamente hermosa o que su fealdad produzca rechazo. Serían como recomendaciones a tener en cuenta antes de dar un paso tan fatídico o trascendente. Y lo decía él, sempiterno solterón, que en compensación recibía el cariño de su madre y de sus hermanas a las que estuvo estrechamente unido a lo largo de su vida.

Fernando Díaz Plaja , amigo de Wenceslao, nos cuenta cómo reaccionó su familia al recibir una llamada telefónica de un guardamuebles madrileño al poco de morir el novelista gallego. Este hecho parecía descubrir una faceta de W.F.F. que era ignorada por todos y unas habitaciones privadas nos indicarían la presencia de una mujer, parece ser que muy bella, con acento extranjero, con la que mantuvo una relación duradera.

El tema del sexo también está presente en la novela y en el guión cinematográfico. Sin embargo, hay una clara diferencia en el planteamiento inicial que presupone una actitud distinta por parte de ella, Germana, amiga de Carabel, ante los galanteos y propuestas de amor que recibe. En la novela." ella tan joven hermosa, sin una mancha en su conducta, “asistirá a la cita propuesta por un galanteador ", de acaso 30 año ,bien vestido, de charla abundante y fogosa",era sin duda el príncipe azul de Germana quien, desde su condición humilde, pensaba que podía aspirar a una mejora social. En el guión cinematográfico el punto de partida surge en el momento en que Germana, toda decidida, acude a entrevistarse con Aznar y Bofarull para suplicarles que readmitan a Carabel. Se niegan radicalmente, pero al recoger ella algo que se le había caído, Bofarull descubre “... su pierna fina y armoniosa “ que le encandila y, a partir de ese momento, le muestra un inusitado interés. Germana, al igual que Amaro Carabel, decide ser mala y su arma será su pierna larga y fina, enfundada en una media de seda.

Los galanteadores tienen comportamientos distintos: la delicadeza y el saber estar del primero y la obsesión reprimida de Bofarull. El final, sin embargo, es el mismo en ambos: conseguir los favores sexuales de ella, a lo que germana reacciona con una negativa, enzarzándose en ambos casos en una lucha violente de lo que lo más trágico para ella viene expresado por el grito de desesperación:¡¡”Mi media...!! Una carrera enorme recorría un largo trayecto.

En el guión cinematográfico no se recoge la denuncia puesta por Germana en la comisaría denunciando la agresión a la que se vio sometida en la habitación. La novela, sin embargo, plantea la inicial confianza en la justicia, pero el denunciado, Don Andrés, le dice a ella que es hombre muy influyente y difícil es meterse con él sabiendo, además, que cuenta con el abogado más prestigioso, Gustavo Saldaña, que con su “elocuencia perturbadora” hizo verter las lágrimas de Germana, logrando de ella el perdón y la retirada de la denuncia.

El momento cumbre del relato se produce cuando Carabel le informa al señor Azpitarte, hombre enriquecido en la emigración, de las operaciones bursátiles en su contra planeadas por Aznar y Bofarull. Éstos le despiden, pero no le achacan que sea un revolucionario o un promotor de huelgas, le acusan de ser ¡¡”un traidor!!”, de su falta de honradez, de algo que no ha hecho nunca en su vida: no ser honrado. Aquí se inicia el destino fatalista de Amaro Carabel. Él, un pobre empleado que ha trabajado año tras año por un salario infame, se encuentra ahora en la calle por haber aconsejado honradamente a un cliente en contra de los intereses de la empresa. Y decide pasarse a la delincuencia, se convence de la necesidad que tiene de convertirse en delincuente.

Nacer bueno o malo es, al parecer, un problema de fatalidad, es deir, que ante el injusto panorama social con que nos encontramos al llegar al mundo, a la mayoría de los de abajo no les queda ni siquiera la posibilidad de corregir, saliéndose de la ley, el sistema que los ha encadenado a la pobreza. Y aunque Amaro Carabel haya fracasado como revolucionario activo, W.F.F sigue denunciando la injusticia social, se ha comprometido política y socialmente en la denuncia y en la búsqueda de soluciones revolucionarias que cambien el mundo.

La reincorporación de Carabel al trabajo en la Banca Aznar y Bofarull, se contempla de manera diferente. En la novela la readmisión es producto de una huelga de empleados que en este caso ha tenido una fuerte repercusión y la convocatoria anarquista ha surtido efecto. En el guión cinematográfico la acción se desarrolla en un hotel al que germana y Carabel acuden con sus últimos ahorros para intentar dar el golpe de gracia que les redima de tantas calamidades. Allí se encuentran damas ensortijadas, hombres adinerados y no podían faltar los banqueros Aznar y Bofarull que festejan las ganancias con el engaño de la devaluación de las acciones del señor Azpitarte. El azar hizo que viesen a Carabel mirando por la ventana, lo que produjo la desconfianza de que habían sido descubiertos. Llaman a Carabel, le hacen todo tipo de halagos y propuestas para que vuelva a trabajar con ellos, con un sueldo mayor y con la máxima categoría. Era el precio de su silencio, hasta el extremo de que, a partir de ahora, la Banca se llamará AZNAR,BOFARULL Y CARABEL”

El director cinematográfico Edgar Neville comentaba que le obligaron a incluir al final una secuencia con un baile en el Hotel Palace para que no todo fuesen desgracias y vida de pobres. El contexto político del Bienio Derechista, conocido como Bienio Negro (1933-1935) y la censura imperante habrán contribuido a este final feliz en el que “...Carabel y Germana, felices, se alejan cogidos del brazo...”, como en cualquier historieta rosa.

La ironía y el humor utilizados por W.F.F. no pueden ser interpretados como reflejo de una literatura vanal e intrascendente. No puede considerarse que algo que hace sonreír a los lectores sea de categoría inferior, muy proximo a una payasada y por ello indigno de ser tomada en consideración. El humorista no se conforma con lo ve y va más allá de los demás en busca de la verdad. Una vez alcanzada se le pondrá remedio, por parte de los poderes públicos, a todo aquello que sea pernicioso para la sociedad.